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¿Momento de recortes de tasas para Latinoamérica?
Al haber sido la primera región en comenzar con el alza de tasas, algunos de los países de Latinoamérica ya han dado inicios a los primeros recortes, tras la desaceleración gradual de la inflación y menores proyecciones de crecimiento para este 2023
Así, Brasil, inició su ciclo de recortes durante el mes de agosto, reduciendo su tasa Selic en 50pbs, mientras que países como Chile y Uruguay, ajustan dos recortes en lo corrido del año.
El Banco Central de Chile decidió por unanimidad bajar en 75pbs la tasa de política monetaria, tal como esperaba el mercado, ajustando el segundo recorte del año luego de los 100pbs recortados en julio. Respecto a la inflación, se espera de acuerdo al Informe de Política Monetaria de septiembre, que esta termine cerca de 4.3% para cierre de 2023, mientras que la Tasa de Política Monetaria, se estima que se ubique entre 7.75% y 8% para fines de año.
En el caso de Uruguay, la inflación continúa evolucionando a la baja, con una variación anual de 4.11%, destacando la caída en los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Por otra parte, en línea con la dinámica inflacionaria reciente y el enfriamiento de la economía durante los primeros meses del año, durante su reunión de agosto el Comité de Política Monetaria recortó la tasa de interés en 75pbs, llevando la misma hacia un nivel de 10.0%.
¿Qué pasa con los países que aún no hacen recortes?
A diferencia de Perú y Colombia, México ha presentado en el transcurso de este año un sobrecalentamiento en algunos sectores económicos. A tasa anual, el PIB aumentó 3.6% mientras que el IGAE avanzó un 4.1%. El resultado se debió al crecimiento mensual de los servicios y la industria, de 0.4% y 0.7% respectivamente, por lo que las expectativas para 2023 se revisaron nuevamente al alza. Bajo este contexto Banxico ha optado por mantener el nivel actual de 11.25% por un tiempo más prolongado.
Perú por el contrario, entró en una recesión técnica, con una contracción trimestral para el 2T23 de 0.2% en el PIB y para el 1T23 del (-1.1%). No obstante, dado que la caída no fue generalizada, se podría esperar un rebote para la segunda mitad del año, lo cual junto con el avance de los precios de alimentos y transporte, hace que el Banco Central mantenga su tasa objetivo en 7.75%.
En el caso de Colombia, aunque la inflación ha mostrado una mejoría gradual, el IPC sigue presionando al alza por factores como el precio de la gasolina y arriendos. En contraste, el crecimiento económico para el 2Q estuvo por debajo de lo esperado, con una contracción trimestral del 1% vs. una caída del 0.3% esperada por el mercado, reflejándose las caídas principalmente en la actividad manufacturera y en el sector financiero.
En medio de este panorama, el mercado sigue anticipando un primer recorte de la TPM en el último trimestre de 2023, que sería cercano a 100pbs – 125pbs, con lo cual la tasa se ubicaría alrededor de 12%.
¿Cómo nos posicionamos?
En medio de una desaceleración global, creemos que tanto la actividad como el nivel de precios seguirán cayendo paulatinamente, aunque se podría presentar un repunte en la economía peruana a partir del segundo trimestre de 2023, teniendo en cuenta que el primer trimestre se vio afectado por la crisis política y el fenómeno de “El Niño”. Igualmente, en el caso de Chile también se han dado cambios en las expectativas del PIB por parte del Banco Central, esperando que la economía se ubique en el rango de -0,5% a 0,0% este año, para volver a crecer el 2024 y 2025.
Gráfica 1.
Bajo este contexto, creemos que la inflación seguirá descendiendo gradualmente en los países de la región, tal como se observa en la gráfica 2, no obstante, resaltamos que en el caso de Colombia, la caída podría ser más lenta que en los otros países, teniendo en cuenta que la reducción de los precios lleva dos meses cayendo menos de los esperado por el mercado.
Gráfica 2.
Gráfica 3.
Con esto, mantenemos la preferencia por instrumentos de mayor duración, en la medida que la inflación se mantenga a la baja y se siga mostrando una desaceleración material de la actividad.
De igual modo, continuamos prefiriendo para los países de la región, activos nominales sobre activos indexados, pese a las presiones inflacionarias aún existentes. Cabe resaltar que, en el caso de Colombia, para plazos más cortos, mantenemos una preferencia táctica por bonos indexados.