Mantenemos nuestro posiciomiento global ante el conflicto en Medio Oriente

Riesgo de escalamiento del conflicto en Medio Oriente se mantiene limitado

Desde una perspectiva de asset allocation, y en medio del conflicto en Medio Oriente, hemos decidido no hacer cambios a nuestra estrategia, mantenemos en nuestros portafolios internacionales una sobre ponderación de la renta variable por sobre la renta fija, prefiriendo además los mercados emergentes frente a los desarrollados. Dentro de la renta fija, continuamos con un leve sesgo por las duraciones largas, y preferimos, entre las categorías de crédito, la deuda de mejor calificación crediticia.

La organización política y paramilitar Hamás lanzó un sorpresivo ataque contra Israel, horas después, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, declaró oficialmente el estado de guerra, poniendo en marcha una ofensiva aérea sobre la franja de Gaza y movilizando tropas y reservistas. Además de las repercusiones humanitarias del conflicto, la escalada de las tensiones en el Medio Oriente podría generar consecuencias relevantes en materia geopolítica y económica, poniendo en peligro las conversaciones para mejorar las relaciones entre Israel y Arabia Saudita, que recientemente comenzó a normalizar su relación diplomática con Irán, y el acercamiento de este último a Estados Unidos.

Dada la importancia estratégica de Irán y Arabia Saudita en la producción y distribución global de crudo, y en línea con la incertidumbre en torno al futuro de las relaciones de ambos países con Estados Unidos, la reacción inicial del mercado fue un aumento superior al 4.0% en los precios del petróleo. Además, como suele suceder en momentos de estrés, los inversores tendieron a moverse hacia activos más seguros, generando un fortalecimiento del dólar, junto con un aumento de los precios del oro y una caída en las tasas de interés del tesoro estadounidense (esta última, apoyada también por declaraciones de distintos miembros de la Reserva Federal).

Será crucial el involucramiento de Irán tanto en el atentado como en el conflicto bélico en desarrollo, ya que una eventual guerra entre Irán e Israel con involucración directa de Estados Unidos pondría en peligro no solo la producción de crudo de Irán, sino también las exportaciones de petróleo de otros países de la región. De momento y con la información disponible, este no parece ser el escenario base.

Si el conflicto llegase a extenderse a otras naciones, podrían peligrar también las cadenas de suministro energético. En este sentido, será clave la determinación de los servicios de inteligencia de Israel y Estados Unidos respecto a si el ataque de Hamás fue coordinado junto a Irán, país con el cual la organización tiene una alianza de larga data.

A pesar de la reacción inicial de los mercados, y más específicamente, del aumento en los precios del crudo, entendemos que, de no haber una escalada hacia otros territorios, el impacto de la guerra sobre los mercados internacionales podría ser limitado. 

Desde SURA Investments mantenemos un constante monitoreo de la situación y comunicaremos de forma oportuna actualizaciones o eventuales cambios en la estrategia.